Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra.
¿Te sucedió alguna vez? Estar tan cómod@ que te quedas dormid@... Y se hace tarde para ir a clase, o te pierdes una excursión, o un partido?
O
tal vez eliges quedarte, y dejar los planes que tenías para otro día, para más
adelante, para… un futuro indefinido.
Vimos
en la primera clase, que Jesús ordenó a sus discípulos:
Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. (Hechos 1:8)
¿Qué
hubieras hecho tú en el lugar de los discípulos de Jesús, al escuchar este
mandato?
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¿Qué
crees que hicieron ellos?
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Vamos
a leer y a comparar tu respuesta con el relato bíblico:
Hch 3:1 Un día subían Pedro y Juan al templo a las
tres de la tarde, que es la hora de la oración.
Hch 3:2 Junto a la puerta llamada Hermosa había un
hombre lisiado de nacimiento, al que
todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el
templo.
Hch 3:3 Cuando éste vio que Pedro y Juan estaban por
entrar, les pidió limosna.
Hch 3:4 Pedro,
con Juan, mirándolo
fijamente, le dijo: --¡Míranos!
Hch 3:5 El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo.
Hch 3:6 --No tengo plata ni oro --declaró
Pedro--, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!
Hch 3:7 Y
tomándolo por la mano derecha, lo
levantó. Al instante los pies y los
tobillos del hombre cobraron fuerza.
Hch 3:8 De un salto se puso en pie y comenzó a
caminar. Luego entró con ellos en el
templo con sus propios pies, saltando y
alabando a Dios.
Hch 3:9 Cuando todo el pueblo lo vio caminar y alabar
a Dios,
Hch 3:10 lo reconocieron como el mismo hombre que acostumbraba
pedir limosna sentado junto a la puerta llamada Hermosa, y se llenaron de admiración y asombro por lo
que le había ocurrido.
Hch 3:11 Mientras el hombre seguía aferrado a Pedro y
a Juan, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos al lugar conocido como
Pórtico de Salomón.
Al ver esto, Pedro comenzó a predicar y entonces…
Hch 4:1 Mientras Pedro y Juan le hablaban a la
gente, se les presentaron los
sacerdotes, el capitán de la guardia del
templo y los saduceos.
Hch 4:2 Estaban muy disgustados porque los apóstoles
enseñaban a la gente y proclamaban la resurrección, que se había hecho evidente en el caso de
Jesús.
Hch 4:3 Prendieron a Pedro y a Juan y, como ya anochecía, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente.
Hch 4:4 Pero muchos de los que oyeron el mensaje
creyeron, y el número de éstos llegaba a
unos cinco mil.
¿Cuántos
discípulos había ahora en la iglesia en Jerusalén? ______________________
Mira esto:
Hch 4:8 Pedro,
lleno del Espíritu Santo, les
respondió: --Gobernantes del pueblo y
ancianos:
Hch 4:9 Hoy se nos procesa por haber favorecido a un
inválido, ¡y se nos pregunta cómo fue
sanado!
Hch 4:10 Sepan,
pues, todos ustedes y todo el
pueblo de Israel que este hombre está aquí delante de ustedes, sano gracias al nombre de Jesucristo de
Nazaret, crucificado por ustedes pero
resucitado por Dios.
Hch 4:11 Jesucristo es 'la piedra que desecharon
ustedes los constructores, y que ha
llegado a ser piedra angular'.
Hch 4:12 De hecho,
en ningún otro hay salvación,
porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el
cual podamos ser salvos.
Hch 4:13 Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y
Juan, y al darse cuenta de que eran
gente sin estudios ni preparación,
quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.
Más
adelante, avanzando en el relato que Lucas hace en el libro de Hechos de los
apóstoles, observa dónde volvemos a encontrar a los discípulos:
Hch 5:12 Por medio de los apóstoles ocurrían muchas
señales y prodigios entre el pueblo; y
todos los creyentes se reunían de común acuerdo en el Pórtico de Salomón.
Hch 5:13 Nadie entre el pueblo se atrevía a juntarse
con ellos, aunque los elogiaban.
Hch 5:14 Y seguía aumentando el número de los que
creían y aceptaban al Señor.
Hch 5:15 Era tal la multitud de hombres y
mujeres, que hasta sacaban a los
enfermos a las plazas y los ponían en colchonetas y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de
ellos.
Hch 5:16 También de los pueblos vecinos a Jerusalén
acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus
malignos, y todas eran sanadas.
Hch 5:17 El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los
saduceos, se llenaron de envidia.
Hch 5:18 Entonces arrestaron a los apóstoles y los
metieron en la cárcel común.
Hch 5:19 Pero en la noche un ángel del
Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó.
Y
así pasaron aproximadamente dos años desde el día de Pentecostés, cuando nació
la Iglesia. Aún continuaban sin salir de ____________________ .
¿Por
qué crees que actuaron así? ________________________________________________
¿Te
cuestan los cambios en tu vida? _____
¿Y
si es Dios quien te guía para hacer ese cambio?
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