1º ESO

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martes, 14 de marzo de 2017

Un paso peligroso: Constantino

Jesús dijo:

"Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. 
Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey?
Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz."

Juan 18:36-37

Haremos una lectura crítica del siguiente texto. 

Para ello, contrastaremos algunas de las afirmaciones que hace el autor, con lo que dice la Biblia.


Ramón Teja, en el libro "Historia del Cristianismo" (Editorial Trotta, 2003, Madrid), escribe:

"En el 312 Constantino, el hijo del emperador Constancio Cloro que no había aplicado en sus territorios los edictos de persecución, vencía en Roma en la batalla del Puente Milvio a Majencio, que gobernaba en Italia y África, reconocía al dios de los cristianos como dispensador de su victoria, se hacía dueño único de Occidente y obligaba a su colega de Oriente, Licinio, a ratificar formalmente las medidas de tolerancia hacia los cristianos en el llamado Edicto de Milán del 313. No sorprende que los cristianos de la época viesen en el desenlace de los acontecimientos la mano de Dios: los emperadores perseguidores habían desaparecido y muerto de mala manera..., mientras Constantino comenzaba a ser visto como un nuevo Moisés... En muy poco tiempo el cristianismo pasará de ser religión perseguida a ser privilegiada y favorecida por el poder imperial. Con ello se iniciará una nueva época en la historia...

... A partir de Augusto el culto a Roma y al emperador se convirtió en una especie de religión de Estado que fue desplazando a un segundo plano el politeísmo tradicional y que en el siglo III se asoció estrechamente con las concepciones filosóficas y religiosas sobre el monoteísmo. Las persecuciones de Decio, Valeriano y Diocleciano habrían que interpretarlas más que como un intento de erradicar el cristianismo, como un esfuerzo por integrar esta nueva religión, que había adquirido una fuerza y expansión crecientes, en la religión del Estado. Diocleciano llevó hasta sus últimas consecuencias la sacralización de la figura imperial al concebir el imperio romano dominado por un único soberano que se impone a todos los súbditos según el modelo del Universo gobernado por un único Dios supremo y trascendente. La evolución política, social y religiosa del Imperio parecía imponer la necesidad de apuntalar la monarquía imperial sobre la base de la idea del monoteísmo. Constantino recurrió al monoteísmo cristiano y, al igual que Aureliano había tenido en en Porfirio al teórico del monoteísmo solar, Eusebio de Cesara se convirtió en el ideólogo del monoteísmo cristiano puesto al servicio de la monarquía única constantina: Constantino ha sido el primero en reconocer la dominación de un único Dios sobre el mundo y él mismo, al tener el dominio único sobre el mundo romano, gobierna a todo el género humano. El emperador único es la imagen de un Dios único:
Investido [Constantino] de la imagen de la monarquía celestial, levanta su vista hacia lo alto y gobierna regulando los asuntos del mundo según la idea de un arquetipo, afianzado por el hecho de que se entrega a imitar la soberanía del Soberano celeste. Al rey único sobre la tierra corresponde el Dios único, el rey único en el cielo, el único Nomos y Logos regio (Eusebio, Discurso de las Tricennales, III,6). (Páginas 315-316)

miércoles, 8 de marzo de 2017

Diocleciano y Galerio

En el libro "Historia del Cristianismo" (Editorial Trotta, Madrid, 2003), Ramón Teja explica:


"... Diocleciano, en el poder desde el 284, había creado un nuevo régimen político, la tetrarquía. Sin romper la unidad del Imperio, cuatro emperadores compartían el poder, dos en Oriente y otros dos en Occidente, con capitales dispersas por la amplia geografía por la que se extendía el poder romano.

... El emperador abandonaba la ficción del título de Princeps, el primero entre iguales, para adoptar los de Dominus et Deus. El ceremonial de la corte y prácticas como la adoratio o proskynesis realzan el enorme abismo que se instaura entre la persona imperial y los súbditos... En el año 303 se produjo un giro radical en la política de Diocleciano hacia los cristianos... 
Galerio, 296-296

La persecución general se decretó en el 303, pero parece que antes se habían tomado medidas contra aquellos que servían en el ejército y contra altos funcionarios de la corte...

A partir del 303 se sucedieron cuatro edictos contra los cristianos que fueron ampliando y endureciendo las medidas represivas. El primero de los edictos intentó debilitar la nueva religión mediante la destrucción o confiscación de sus edificios de culto, sus libros sagrados y la prohibición de las asambleas culturales... La capital de Oriente y sede de la corte de Diocleciano, Nicomedia, fue la más afectada a raíz de un incendio en el palacio imperial cuya responsabilidad se hizo caer sobre los cristianos. Ello dio motivo, al parecer, a un segundo edicto que iba dirigido contra los clérigos cristianos. El tercero permitía someter a tortura a los cristianos que no abjurasen de su fe. Finalmente, en el 304 se publicó un cuarto edicto... en el que se obligaba a todos los súbditos del Imperio a ofrecer sacrificios en honor de los dioses romanos y de los emperadores bajo pena de muerte, cárcel o condena a trabajos forzados.



La persecución desatada por Diocleciano y Galerio fue la más dura y larga de las que sufrió el cristianismo en la Antigüedad. Los mártires fueron muchos, especialmente entre los obispos; muchos más numerosos los que sufrieron torturas, cárceles y trabajos forzados y las iglesias quedaron desmanteladas... La aplicación de los edictos fue desigual en las diversas partes del Imperio: mucho más dura en Oriente, donde el cristianismo estaba más extendido y durará hasta el 311, y mucho más suave y breve en Occidente. En los territorio gobernados por Constancio Cloro (Galia y Britania) apenas tuvo aplicación, mientras que en Italia, Hispania y África... cesó en el 304... Sólo en los territorios de Oriente gobernados por Galerio y Maximino Daya la persecución se prolongó con diversas intensidad hasta el 311...

La persecución en Oriente cesó de una manera legal en el 311. Galerio, gravemente enfermo, publicó antes de su muerte un edicto de tolerancia por el que se permitía a los cristianos ejercer libremente su religión y la restitución de los bienes confiscados... Por primera vez en su historia, el cristianismo era reconocido como religio licita y a sus fieles se les reconocían todos los derechos civiles... El edito termina invitando a los cristianos a colaborar en la salvación del Imperio en un momento de guerras civiles y externas...



Pero, tras la muerte de Galerio... la persecución fue reanudada por Maximino Daya, en algunos lugares con una mayor crudeza, hasta su muerte en el 313  " (Páginas 312-314)  

Trajano

En "Historia del cristianismo", (Editorial Trotta, Madrid, 2003), Ramón Teja escribe:

“… durante el reinado de Trajano nos encontramos con… la famosa carta escrita por Plinio el Joven… en 111-112… El texto…fija lo que será la postura de los emperadores romanos frente a la nueva religión durante los ciento cuarenta años siguientes. Plinio tenía la costumbre de consultar al emperador sobre todos los problemas que se le presentaban e el gobierno de su provincia… Después de haber sometido a juicio y condenado a algunos cristianos se le planteó la duda de si su política era la correcta: “¿Se debe castigar el nombre [de cristiano] en sí mismo, aunque no hayan cometido delitos, o bien los delitos que acompañan al nombre?”. Él aplicaba la norma de condenar a los que eran denunciados y se reafirmaban en su fe y perdonar a los que lo negaban…

Marco Ulpio Trajano, primer ciudadano romano de origen provincial que accedió al trono imperial. Marco Ulpio Trajano nació el 18 de septiembre de 53 d. C. en la ciudad de Itálica, a escasos kilómetros de Hispalis (Sevilla), adscrita a la provincia romana de Baetica, intensamente romanizada. Muere en el año 117 d.C.

La carta de Plinio y la respuesta de Trajano nos informan de muchas cosas. En primer lugar, que no existía ninguna disposición de carácter general contra los cristianos… Que los gobernadores deben actuar como ante la denuncia de cualquier delito, lo que supone que no se consideraba a los cristianos, por el hecho de serlo, como política o socialmente peligrosos. Pero en contrapartida, el hecho mismo de ser cristiano, el nomen christianum, podía ser motivo suficiente para ser condenado si se seguían trámites legales en la denuncia. Pero, por otra parte, situaba a los cristianos en una postura incómoda y peligrosa: aunque tolerados en la práctica, podían ser perseguidos en cualquier momento.



Algunos años después, hacia el 126, el emperador Adriano, ante una consulta similar de un gobernador de Asia, reafirmó la postura de su predecesor, pero con alguna garantía mayor para los acusados al tomar nuevas precauciones frente al odio popular: no deben ser atendidos los clamores populares, las acusaciones deben ser individuales y, si se manifiestan infundadas, el condenado debe ser el acusador…

… Eusebio de Cesarea expresó un juicio bastante equitativo:
Gracias a esto [la respuesta de Trajano] se extinguió en cierto modo la persecución, que amenazaba afectar terriblemente, más no por eso faltaron pretextos a los que querían hacernos mal. Unas veces eran las poblaciones, otras las mismas autoridades locales las que preparaban las asechanzas contra nosotros, de manera que, aun sin persecuciones manifiestas, se encendieron focos parciales, según las provincias, y gran número de creyentes combatieron en diversos géneros de martirio (HE III,33,2).

El juicio de Eusebio resume muy bien lo que fue la situación de los cristianos durante casi el siglo y medio que transcurrió entre el rescripto de Trajano y la persecución general de Decio en el 250: el cristianismo no fue prohibido por ninguna disposición legal de tipo general, pero los cristianos vivían en una situación incómoda e insegura y expuestos a las veleidades de las masas populares y de las autoridades locales.

... si de alguna manera se puede definir la situación de los cristianos ante la sociedad romana en esta época fue la de odio e incomprensión.

… Para las clases dirigentes romanas solo los cultos oficiales merecían el nombre de religió, la forma de relacionarse (religare) la sociedad y el Estado con la divinidad; las demás religiones eran consideradas supertitio. Es significativo que todos los primeros escritores paganos que nos hablan de los cristianos (Tácito, Suetonio, Plinio) coincidan en calificar a la nueva religión como superstición y con los peores calificativos: superstitio prava et inmódica, exitiabilis, maléfica, nova.

… al mismo tiempo, tanto los intelectuales como las masas populares estaban convencidos de que esta superstición iba acompañada de la comisión de delitos (flagitia)… Corrian bulos y rumores de todo tipo… Además hay que tener en cuenta que en una sociedad como la romana, donde era inconcebible el ateísmo y estaba profundamente arraigado el principio de que la religió, la religión oficial, tenían como objetivo asegurar la pax deorum, es decir, la benevolencia de los dioses con el Estado o la ciudad, los cristianos al no prestar culto a esos dioses, constituían un peligro para toda la comunidad… cuando sobrevenía alguna desgracia a la ciudad, sequías, hambres, inundaciones, terremotos, las iras populares se volcaban inmediatamente sobre aquellos odiados conciudadanos que no rendían culto a los dioses de todos…

… El cristianismo pudo seguir expandiéndose paulatinamente pese a la hostilidad de las masas populares y de los filósofos paganos y dar origen a una nueva y rica literatura: los tratados apologéticos y las Actas de los mártires.


… En la época de los Severos (193-235) el cristianismo es ya una religión claramente separada del judaísmo, dotada de una sólida estructura interna… con un culto, una liturgia y un sistema de creencias… La tolerancia religiosa caracterizó a los emperadores de esta dinastía… dio lugar a una atmósfera sincretista de orientación monoteísta en la que tenían cabida todas las religiones… Los cristianos, aunque aún no están legalmente reconocidos, en la práctica están autorizados a ejercer su culto sin obstáculos. (Páginas 296-301)