1º ESO

miércoles, 23 de noviembre de 2022

2.1. 2º ESO Bloque 2: La Historia de la Salvación

En este bloque nos enfocaremos en el periodo de la historia narrado en el libro de Éxodo y analizaremos la relación que se establece entre el plan de Dios y la formación del pueblo de Israel.

1) Realiza una línea histórica con los sucesos narrados en el libro de Génesis (puedes hojear el libro para ir colocando los personajes principales sobre una línea).

2) Lee la narración bíblica de los capítulos 1 y 2 del libro de Éxodo:


Capítulo 1

Éxo 1:1  Estos son los nombres de los israelitas que llegaron con Jacob a Egipto, cada uno con su familia:
Éxo 1:2  Rubén, Simeón, Leví, Judá,
Éxo 1:3  Isacar, Zabulón, Benjamín,
Éxo 1:4  Dan, Neftalí, Gad y Aser.
Éxo 1:5  Los descendientes de Jacob sumaban en total setenta personas. José ya estaba en Egipto.
Éxo 1:6  José y sus hermanos, y todos los de esa generación, murieron;
Éxo 1:7  pero como los israelitas tenían muchos hijos, se multiplicaron de tal manera que llegaron a ser muy poderosos. El país estaba lleno de ellos.

Éxo 1:8  Más tarde hubo un nuevo rey en Egipto*, que no había conocido a José, y que le dijo a su pueblo:
Éxo 1:9  "Miren, el pueblo israelita es más numeroso y más poderoso que nosotros;
Éxo 1:10  así que debemos tramar algo para impedir que sigan aumentando, porque puede ser que, en caso de guerra, se pongan de parte de nuestros enemigos para pelear contra nosotros y se vayan de este país."
Éxo 1:11  Por eso los egipcios pusieron capataces encargados de someter a los israelitas a trabajos muy duros. Les hicieron construir las ciudades de Pitón y Ramsés, que el faraón, rey de Egipto, usaba para almacenar provisiones.
Éxo 1:12  Pero mientras más los maltrataban, más aumentaban. Así que los egipcios les tenían mucho miedo.
Éxo 1:13  Los egipcios esclavizaron cruelmente a los israelitas.
Éxo 1:14  Les amargaron la vida sometiéndolos al rudo trabajo de preparar lodo y hacer adobes, y de atender a todos los trabajos del campo. En todo esto los israelitas eran tratados con crueldad.
Éxo 1:15  Además, el rey de Egipto habló con Sifrá y Puá, que eran parteras de las hebreas, y les dijo:
Éxo 1:16  –Cuando atiendan a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo del recién nacido. Si es niña, déjenla vivir, pero si es niño, ¡mátenlo!
Éxo 1:17  Sin embargo, las parteras tuvieron temor de Dios y no hicieron lo que el rey de Egipto les había ordenado, sino que dejaron vivir a los niños.
Éxo 1:18  Entonces el rey de Egipto las mandó llamar y les dijo: –¿Por qué han dejado vivir a los niños?
Éxo 1:19  –Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias –contestaron ellas–. Al contrario, son muy robustas y dan a luz antes de que nosotras lleguemos a atenderlas.
Éxo 1:20  De esta manera el pueblo israelita seguía creciendo en número, y cada vez se hacía más poderoso. Además, como las parteras tuvieron temor de Dios, él las favoreció y les concedió una familia numerosa.
Éxo 1:22  El faraón, por su parte, ordenó a todo su pueblo: "Echen al río a todos los niños hebreos que nazcan, pero a las niñas déjenlas vivir."

*Nota histórica: entre 1350 a.C. y 1334 a.C. reina en Egipto Amenofis IV, quien prefiere pasar a la posteridad con el nombre de Akhenaton, faraón herético, destrona a Amón-Ra, la principal divinidad de Egipto, y lo sustituye por Aton, o dios del Sol, del que hace una especie de dios único. Es una auténtica revolución religiosa, acompañada por una revolución política: rebajando a los sacerdotes de Amón, los cuales fueron substituidos por servidores fieles, el "hijo del Sol" consolida su poder como soberano absoluto. Más a su muerte los sacerdotes de Amon recupera su poder y acusan a Akhenaton y a sus herederos de herejía y tratan de borrar hasta su memoria. En este contexto es que algunos interpretan varios acontecimientos referidos por la tradición bíblica: el aumento del poder de José en la corte del rey frente a los impotentes "magos de Egipto"; el advenimiento de un "nuevo rey que no había conocido a José" (Ex. 1:8), cuya actitud con el pueblo hebreo cambió. (Élie Barnavi: Historia Universal de los judíos, página 4)

Capítulo 2

Éxo 2:1  Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu,
Éxo 2:2  la cual quedó embarazada y tuvo un hijo. Al ver ella que el niño era hermoso, lo escondió durante tres meses;
Éxo 2:3  pero, no pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó un canastillo de junco, le tapó todas las rendijas con asfalto natural y brea, para que no le entrara agua, y luego puso al niño dentro del canastillo y lo dejó entre los juncos a la orilla del río Nilo;
Éxo 2:4  además le dijo a una hermana del niño que se quedara a cierta distancia, y que estuviera al tanto de lo que pasara con él.
Éxo 2:5  Más tarde, la hija del faraón bajó a bañarse al río y , mientras sus sirvientas se paseaban por la orilla, vio el canastillo entre los juncos. Entonces mandó a una de sus esclavas que se lo trajera.
Éxo 2:6  Al abrir el canastillo y ver que allí dentro había un niño llorando, la hija del faraón sintió compasión de él y dijo: –Este es un niño hebreo.
Éxo 2:7  Entonces la hermana del niño propuso a la hija del faraón: –¿Le parece a usted bien que llame a una nodriza hebrea, para que le dé el pecho a este niño?
Éxo 2:8  –Ve por ella –contestó la hija del faraón. Entonces la muchacha fue por la madre del niño,
Éxo 2:9  y la hija del faraón le dijo: –Toma a este niño y críamelo, yo te pagaré por tu trabajo. La madre del niño se lo llevó y lo crió,
Éxo 2:10  y ya grande se lo entregó a la hija del faraón, la cual lo adoptó como hijo suyo y lo llamó Moisés, pues dijo: –Yo lo saqué del agua.
Éxo 2:11  Cuando Moisés era ya hombre, salió un día a visitar a sus hermanos de raza y se dio cuenta de que sus trabajos eran muy duros. De pronto vio que un egipcio estaba golpeando a uno de sus hermanos hebreos.
Éxo 2:12  Entonces miró bien a todos lados y , al no ver a nadie por allí, mató al egipcio y lo enterró en la arena.
Éxo 2:13  Al día siguiente volvió a salir, y vio que dos hebreos se estaban peleando. Entonces preguntó al que maltrataba al otro: –¿Por qué golpeas a uno de tu propia raza?
Éxo 2:14  y aquel hebreo le contestó: –¿Y quién te ha puesto a ti como jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso piensas matarme, como mataste al egipcio? Al oír esto, Moisés tuvo miedo, pues se dio cuenta de que ya se había descubierto la muerte del egipcio.
Éxo 2:15  En efecto, en cuanto el faraón supo que Moisés había dado muerte a un egipcio, lo mandó buscar para matarlo; pero Moisés huyó y se fue a vivir a la región de Madián. Allí se sentó cerca de un pozo.
Éxo 2:16  Reuel,  sacerdote de Madián, tenía siete hijas. Aquel día, ellas habían ido al pozo a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber a las ovejas de su padre,
Éxo 2:17  pero unos pastores vinieron y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó a defenderlas, y dio de beber a las ovejas.
Éxo 2:18  Cuando ellas volvieron a donde estaba su padre, él les preguntó: –¿Cómo es que hoy regresaron tan pronto?
Éxo 2:19  y ellas contestaron: –Un egipcio nos defendió de los pastores, luego sacó el agua por nosotras, y les dio de beber a las ovejas.
Éxo 2:20  Entonces Reuel les dijo: –¿Y dónde está ese hombre? ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Vayan a llamarlo para que venga a comer!
Éxo 2:21  y así Moisés aceptó quedarse a vivir en la casa de Reuel. Después Reuel le dio a su hija Séfora como esposa,
Éxo 2:22  y ella tuvo un hijo al que Moisés llamó Guersón, porque dijo: "Soy un extranjero en tierra extraña."
Éxo 2:23  Con el correr del tiempo, el rey de Egipto murió. Los israelitas, sin embargo, seguían quejándose y lamentando su esclavitud. Entonces Dios escuchó sus lamentos
Éxo 2:24  y atendió sus quejas, acordándose de la alianza que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob.
Éxo 2:25  Los vio Dios, y se dio cuenta de su condición.

3) Agrega los nuevos personajes a la línea histórica y también la información que aporta el libro de Éxodo a lo que ya sabías de la familia de Jacob.

4) ¿Hay algún versículo que te haya impactado o llamado la atención? Explica tu respuesta en un comentario debajo de esta entrada.

La historia continúa

Éxodo capítulo 3