1º ESO

lunes, 12 de diciembre de 2022

2.3. 3º ESO Bloque 2: Historia de la Salvación

Inicio de la monarquía

Samuel, Saúl, David y Absalón




Para ayudarnos a desarrollar este tema, leeremos el libro "Perfil de tres monarcas", de Gene Edwards. A medida que lees, subraya aquellas ideas que te parezcan más importantes, y también si encuentras alguna que te guste especialmente o alguna con la que no estés de acuerdo. Porque al terminar la lectura cada alumno escribirá una recensión de dicho libro y la publicaremos aquí.

Otra opción es hacer un vídeo comentando el contenido de la recensión, y subirlo al blog.


Descarga el libro Perfil de tres monarcas

Pasos para hacer una recensión:

  • Lee subrayando las ideas principales.
  • Haz un resumen del libro (4 o 5 renglones, no más).
  • Escribe tu opinión crítica del libro, explicando qué te gustó y por qué, y qué no te gustó, o no estás de acuerdo y por qué.
  • Escribe a quién recomendarías este libro y por qué.
  • Puedes presentar tu trabajo por escrito (con una carátula que indique: titulo del libro, fecha de entrega y autor del trabajo), o grabar un vídeo o audio y entregarlo a la profesora por correo electrónico. En cualquiera de estos formatos debes incluir: la presentación del libro (título y autor), el resumen breve, tu opinión crítica y tu recomendación.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

2.3. 2º ESO Bloque 2 Historia de la Salvación


A diario las noticias informan sobre miles de personas que dejan sus países por guerras, persecución o hambre. Esto no es un fenómeno nuevo. La Biblia narra una situación así en el libro de Éxodo.


Éxo 13:1  El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: "Conságrame los hijos mayores, porque todo primer hijo de los israelitas me pertenece, lo mismo que toda primera cría de sus animales."
Éxo 13:3  Entonces Moisés le dijo al pueblo: "Acuérdense de este día, en que con gran poder el Señor los sacó de Egipto, donde vivían como esclavos. No deberán comer pan con levadura. Ustedes salen este día, en el mes de Abib, y en este mismo mes deberán celebrar la fiesta, una vez que el Señor los haya llevado a la tierra donde la leche y la miel corren como el agua, es decir, al país de los cananeos, hititas, amorreos, heveos y jebuseos, que ya había prometido a sus antepasados que se lo daría a ustedes. 
Éxo 13:6  Comerán pan sin levadura durante siete días, y en el séptimo día harán fiesta en honor del Señor. Durante los siete días se comerá pan sin levadura, y en ninguna parte de su territorio deberá haber levadura o pan con levadura. 
Éxo 13:8  En ese día les dirán a sus hijos: 'Esto se hace por lo que el Señor hizo con nosotros cuando salimos de Egipto y , como si tuvieran ustedes una marca en el brazo o en la frente, esto les hará recordar que siempre deben hablar de la ley del Señor, pues él los sacó de Egipto con gran poder. 
Éxo 13:10  Por eso deben celebrar esta ceremonia año tras año, en la fecha señalada. ' 
Éxo 13:11  "Cuando el Señor los haya llevado al país de los cananeos, es decir, cuando les entregue el país, según la promesa que les hizo a ustedes y a sus antepasados, tendrán que dedicarle todos sus primeros hijos varones y todos los primeros machos que les nazcan a sus animales, porque pertenecen al Señor. 
Éxo 13:13  En el caso de la primera cría de una asna, deberán dar un cordero o un cabrito como rescate por el asno, pero si no dan el cordero, entonces le romperán el cuello al asno. También deberán dar una ofrenda como rescate por cada hijo mayor,  y cuando el día de mañana sus hijos les pregunten: '¿Qué quiere decir esto?', les responderán: 'El Señor nos sacó con gran poder de Egipto, donde vivíamos como esclavos. 
Éxo 13:15  Cuando el faraón se puso terco en no dejarnos salir, el Señor hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a todas las primeras crías de sus animales; por eso le ofrecemos al Señor todos los machos que nacen primero, y damos una ofrenda como rescate por nuestro hijo mayor. 
Éxo 13:16  Por lo tanto, como si tuvieran una marca en el brazo o en la frente, esta ceremonia les hará recordar a ustedes que el Señor nos sacó de Egipto con gran poder. ' " 


Éxo 13:17  Cuando el faraón dejó salir al pueblo israelita, Dios no los llevó por el camino que va al país de los filisteos, que era el más directo, pues pensó que los israelitas no querrían pelear cuando tuvieran que hacerlo, y que preferirían regresar a Egipto. 
Éxo 13:18  Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto que lleva al Mar Rojo. Los israelitas salieron de Egipto formados como un ejército. 
Éxo 13:19  Moisés se llevó consigo los restos de José, pues José había hecho que los hijos de Israel le prometieran hacerlo así. Les había dicho: "En verdad, Dios vendrá a ayudarlos; y cuando eso suceda, ustedes deben llevarse mis restos de aquí."
Éxo 13:20  Los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 



Éxo 13:21  De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para alumbrarlos. Así pudieron viajar día y noche. 
Éxo 13:22  La columna de nube siempre iba delante de ellos durante el día, y la columna de fuego durante la noche. 



Los hijos de Israel eran esclavos de la más poderosa dinastía en la tierra. Como dice el Midrash, ningún esclavo escapó alguna vez de Egipto, ya que estaba rodeado por grandes fortificaciones y desalentadores desiertos. Según las leyes de la naturaleza, no había ninguna posibilidad de que los esclavos israelitas obtuviesen la libertad.
Todo el punto del Éxodo era que el pueblo judío viera, de una vez por todas, que Dios maneja el espectáculo, desde el más diminuto detalle hasta la más grande maravilla. Con la máxima preocupación. Con la máxima participación. Así lo dice Dios: "Por lo tanto sabrás que Yo soy Dios" (Éxodo 7:17).
Cada componente del Éxodo tiene la intención de revelar otra faceta de cómo Dios esta involucrado en el mundo. Por lo tanto, la plaga de piojos, las criaturas más pequeñas que son perceptibles a simple vista, tenía la intención de demostrar que la supervisión de Dios penetra a las más pequeñas unidades existentes. La plaga de ranas, en la que los anfibios amantes del agua saltaron a los calientes hornos de Egipto, mostró que la voluntad de Dios, y no el instinto bruto, reina en el mundo animal.
Es por eso que el Éxodo mencionamos y recordamos continuamente al Éxodo. El Éxodo demostró el amor que tiene Dios por la humanidad y cómo Él interviene en el destino por el bien de la redención, tanto colectiva como individual. (Tomado de Aishlatino.com)

Regresemos al relato bíblico:

Éxo 14:1  El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: "Di a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi-hahirot, entre Migdol y el mar, frente a Baal-sefón. Que pongan sus campamentos enfrente de este lugar, junto al mar. 
Éxo 14:3  Así el faraón pensará: 'Los israelitas no saben a dónde ir. Andan perdidos en el desierto. '
Éxo 14:4  Pero yo voy a hacer que el faraón se ponga terco y los persiga; entonces mostraré mi poder en él y en todo su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el Señor." Los israelitas lo hicieron así.




Éxo 14:5  Mientras tanto, el rey de Egipto recibió aviso de que los israelitas se habían escapado. Entonces el rey y sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a ellos, y se dijeron: "¿Pero cómo pudimos permitir que los israelitas se fueran y dejaran de trabajar para nosotros?" 
Éxo 14:6  En seguida el faraón ordenó que prepararan su carro de combate, y se llevó a su ejército. 
Éxo 14:7  Tomó seiscientos de los mejores carros, además de todos los carros de Egipto, que llevaban cada uno un oficial. 
Éxo 14:8  El Señor hizo que el faraón se pusiera terco y persiguiera a los israelitas, aun cuando ellos habían salido ya con gran poder. 
Éxo 14:9  Los egipcios con todo su ejército, con carros y caballería, salieron a perseguir a los israelitas, y los alcanzaron a la orilla del mar, junto a Pi-hahirot y frente a Baal-sefón, donde estaban acampados. 


Éxo 14:10  Cuando los israelitas se dieron cuenta de que el faraón y los egipcios se acercaban, tuvieron mucho miedo y pidieron ayuda al Señor. 
Éxo 14:11  y a Moisés le dijeron: –¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para hacernos morir en el desierto? ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto? 
Éxo 14:12  Esto es precisamente lo que te decíamos en Egipto: 'Déjanos trabajar para los egipcios. ¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el desierto!'
Éxo 14:13  Pero Moisés les contestó: –No tengan miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer hoy para salvarlos, porque nunca más volverán a ver a los egipcios que hoy ven. 
Éxo 14:14  Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por ustedes. 
Éxo 14:15  Entonces el Señor le dijo a Moisés: –¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! 
Éxo 14:16  y tú, levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los israelitas lo crucen en seco. 
Éxo 14:17  yo voy a hacer que los egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería. 
Éxo 14:18  Cuando haya mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios sabrán que yo soy el Señor. 
Éxo 14:19  En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. 
Éxo 14:20  Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche. 
Éxo 14:21  Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, 
Éxo 14:22  y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. 


Éxo 14:23  Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron: –Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros. 
Éxo 14:26  Pero el Señor le dijo a Moisés: –Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería. 
Éxo 14:27  Moisés extendió su brazo sobre el mar y , al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. 
Éxo 14:28  Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. 
Éxo 14:29  Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda. 
Éxo 14:30  En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. 
Éxo 14:31  Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.







lunes, 5 de diciembre de 2022

2.1. 4º ESO Bloque 2: La Historia de la Salvación

El regreso a Sión

Élie Barnavi




Conquistada Babilonia en el año 539 a.C., Ciro el persa es desde entonces señor de toda Asia occidental, y procura consolidar su imperio con una política liberal en relación a los pueblos sometidos. Y así se entiende su Proclamación del 538 a.C. que autoriza a los exiliados de Jerusalén a regresar a su país y reconstruir el templo. Más aún, el rey que declara querer obedecer la voluntad del Dios de Israel (Babilonia había sido conquistada en nombre de su dios Marduc), ayuda con su dinero a los candidatos a la emigración. Y así se abre en la historia del pueblo de Israel la época llamada del "Regreso a Sión".

Cilindro de Ciro relatando la toma de Babilonia, siglo VI a.C.

Además de la arqueología, las principales fuentes conocidas son los profetas contemporáneos -Hageo, Zacarías, Malaquías- y los libros de Esdras, Nehemías, que contienen trechos de historiografía, documentos tomados de los archivos de los gobernadores persas de Jerusalén y textos autobiográficos.

Dos hombres asumen el liderazgo de la emigración: Sheshbatsar, príncipe de Judá -tal vez el propio hijo del rey Joaquín, mencionado en el libro de 1º de Crónicas 3:17-18 (Los descendientes de Jeconías, el desterrado, fueron Salatiel, su hijo mayor, y Malquiram, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosamá y Nedabías.) con el nombre de Senazar- y Zorobabel, hijo de Shalatiel y nieto del mismo Joaquín. Y sin duda este último es quien deja su marca en esta fase del Regreso. Hombre político, es secundado por un jefe religioso: Josué, hijo del sacerdote Josadac.

Cerca de cincuenta mil emigrantes "suben" siguiendo la proclamación de Ciro, sin duda en diversos viajes. Tenemos buenas razones para creer que ellos provienen en su mayor parte de las camadas más pobres de la población judía de Babilonia, lo que va a determinar el estatus económico y el perfil social de la comunidad en vías de la reconstrucción de Jerusalén.

El regreso se revela difícil. Rápidamente los emigrantes chocan con las hostilidad de los habitantes israelitas de Judá, Benjamín y Samaria, que habían escapado de la deportación babilónica. El conflicto asume características particularmente duras con los Samaritanos, a quienes pretender prohibir la participación en la reconstrucción del Templo. En efecto, los Samaritanos se consideran israelitas de pleno derecho, los recién llegados ven en ellos el producto del cruce de los Hebreos que quedaron en el país con las etnias importadas por los Asirios después de la conquista del año 722 a.C.

Por otro lado la situación económica de los emigrantes es penosa: el país pasa por un largo periodo de sequía y muchos se han llenado de deudas. Además, en Jerusalén, con las murallas en ruinas, su seguridad es precaria. Por último, no reina la armonía entre los dos jefes de la familia real, Zorobabel procura obtener la mayor independencia posible, tal vez hasta renovar la realeza de la casa de David; principalmente jefe espiritual, Josué se contenta con la autonomía religiosa. En suma, las duras realidades de Jerusalén no responden a las esperanzas de Babilonia, la expectativa aumenta por las profecías del segundo Isaías (40-55) o de Jeremías (30-32).

Todo esto explica que el Templo, que motivara el Regreso, sólo sea levantado en el 516 a.C.; y para eso fue necesaria la fuerza de persuasión de los profetas Hageo y Zacarías. Más el Templo no va a alterar nada y la decepción de los habitantes será más amarga aún. El profeta pone en la boca de Sión estas palabras:
Isa 49:14  "Sión decía: 
'El Señor me abandonó, 
mi Dios se olvidó de mí. ' 

Isa 49:15  Pero ¿acaso una madre olvida 
o deja de amar a su propio hijo? 
Pues aunque ella lo olvide, 
yo no te olvidaré. 

Isa 49:16  yo te llevo grabada en mis manos, 
siempre tengo presentes tus murallas. 

Isa 49:17  Los que te reconstruyen van más de prisa 
que los que te destruyeron; 
ya se han ido los que te arrasaron. 

Isa 49:18  Levanta los ojos y mira alrededor, 
mira cómo se reúnen todos 
y vuelven hacia ti. 
"Yo, el Señor, juro por mi vida 
que todos ellos serán como joyas 
que te pondrás, 
como los adornos de una novia. 

Isa 49:19  Tu país estaba en ruinas, 
destruido, arrasado; 
pero ahora tu territorio 
será pequeño para tus habitantes. 
Los que te destruyeron están lejos. 

Isa 49:20  Los hijos que dabas por perdidos 
te dirán al oído: 
'Este país es demasiado pequeño 
para nosotros; 
haznos lugar para vivir. ' 

Isa 49:21  Y tú dirás en tu interior: 
'¿Quién me ha dado estos hijos? 
Yo no tenía hijos, ni podía tenerlos; 
estaba desterrada y apartada, 
¿quién los crió? 
Me habían dejado sola, 
¿de dónde vinieron?' " 

A pesar de todo, ese Regreso a Sión se reviste de una importancia capital en la historia del pueblo de Israel. Por primera vez en los anales de las naciones, un pueblo exiliado regresa sobre sus pasos para recomenzar todo. Sin esa tentativa es dudoso que el pueblo judío hubiera sido capaz de evitar la suerte de otras comunidades exiliadas -la desaparición pura y simple en el seno de entidades poderosas.

Texto tomado de Historia Universal de los judíos, página 28.





Tarea

1) ¿Qué profeta anuncia lo que haría Ciro por el pueblo de Israel? ¿Aproximadamente en qué año se profetiza esto?
2) Lee en el libro del profeta Daniel el capítulo 9 y explica cómo descubre que es tiempo que el pueblo regrese del exilio.
3) Investiga y resume qué se dice de Zorobabel y Josué (hijo de Josadac) en la Biblia.
4) Escribe la biografía de Nehemías.


2.4. 3º ESO Bloque 2 Historia de la salvación

 La monarquía



Ahora compara el contenido de Reyes y Crónicas

Busca y apunta las similitudes y diferencias




2.2. 3º ESO Bloque 2: Historia de la Salvación

Periodo de los jueces

(por Rav Ken Spiro, tomado de Aishlatino.com)

El Talmud llama al Libro de los Jueces “El Libro de la Rectitud”.¿Por qué?



Porque el objetivo supremo de cada judío es usar su libre albedrío para diferenciar entre lo que está mal y lo que es correcto, utilizando la Torá como guía. Y esto es lo que ocurrió en el período de los Jueces.
En aquellos días, no había rey en Israel, todos hacían lo que era correcto a sus ojos (Jueces 21:25).


Tal vez estés pensando que este versículo suena como la descripción de una anarquía. Pero no era así; la gran mayoría de los judíos estaban totalmente dedicados a la Torá y tomaban decisiones de forma acertada sin necesitar que alguien les dijera qué hacer. Con seguridad, ésta es la situación ideal. Las tribus operaban como una unión de estados independientes, con un fuerte liderazgo central que se erguía sólo cuando la nación era amenazada por un enemigo externo.

Por supuesto, la falta de una autoridad central luego de la muerte de Josué tuvo consecuencias negativas; una pequeña minoría tomó esto como una licencia para caer en la idolatría y en la inmoralidad. Esto ocurrió en gran parte porque los judíos no se deshicieron completamente de los canaanitas como se les había ordenado, y la influencia canaanita pagana se hizo sentir.



Siempre que los judíos abandonan a Dios, las repercusiones son inmediatas:



Y dejaron al Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y fueron tras otros dioses… Por eso se encendió la ira de Hashem contra Israel, y los entregó en manos de saqueadores que los despojaron y en manos de sus enemigos (Jueces 2:12-14).

Éste es uno de los patrones más importantes y repetitivos que tenemos que entender sobre cómo funciona la historia judía. Cuando los judíos no cumplen su pacto con Dios, ocurren cosas malas – por lo general, viene un enemigo y los ataca.


El pacto con Dios no sólo abarca el comportamiento del hombre hacia Dios, sino que incluye también las obligaciones del hombre con su prójimo. Y ambas cosas son necesarias.

Escuchar la Advertencia

Dios dice una y otra vez – cuiden la Torá en su totalidad y nada los molestará. Vivirán en paz en su tierra y prosperarán, y no sólo eso, sino que también el mundo entero aprenderá de ustedes y serán una luz para las naciones.

Pero si no la respetan, no saldrá un gran puño del cielo para golpearlos, porque Dios no actúa así en la historia; sino que lo que ocurrirá en cambio será que aparecerá un enemigo físico, o una hambruna golpeará la tierra, y todos sufrirán. Esos eventos negativos siempre sirvieron como una llamada de atención, y si eran ignorados sólo se intensificaban hasta alcanzar un nivel que los hacía imposibles de ignorar.

Desde el Monte Sinaí en adelante, el pueblo judío siempre estuvo consciente de su pacto con Dios, de las responsabilidades que éste conllevaba y de las consecuencias de su incumplimiento. A causa de esta consciencia, cuando calamidades caían sobre el pueblo judío, siempre eran vistas como síntomas de problemas más profundos en su relación entre ellos mismos y/o con Dios.

Cuando les ocurren cosas malas a los judíos nunca es por casualidad. Siempre es consecuencia de las acciones de los judíos y, por lo tanto, la cura nunca está en tratar solamente la amenaza externa. Si un enemigo ataca hay que defenderse, pero también hay que hacer introspección; la presencia de un enemigo es sólo un síntoma de un problema más profundo que debe ser tratado. Esta relación de causa y efecto se repite una y otra vez durante el período de los Jueces, y continúa por toda la historia judía hasta hoy en día.

Podemos ver esto en el período de los Jueces, que se extiende desde el año 1244 AEC hasta el 879 AEC.

Entonces Hashem irguió jueces que los salvaban (a los israelitas) de las manos de sus saqueadores (Jueces 2:16).

¿Quiénes eran los jueces?


Los jueces eran los líderes del pueblo judío que vivieron durante ese tiempo, quienes unían al pueblo, los hacían arrepentirse y enfrentaban tanto los problemas espirituales de la nación como las amenazas físicas.

A veces eran líderes militares que sabían cómo movilizar a la nación para la guerra en contra de un enemigo, pero su poder real yacía en su conocimiento de Torá y su habilidad para aplicar la ley judía.

El relato de todo este período aparece el en Libro de los Jueces, escrito por la última gran personalidad del período de los Jueces: el profeta Samuel. Éste período abarca 365 años, desde el primer juez, Otniel ben Kenaz, hasta el último, el profeta Samuel.



Durante este período hubo diecisiete jueces diferentes. Algunos condujeron al pueblo judío por décadas, mientras que otros lo hicieron sólo por algunos años. El Libro de los Jueces detalla muy bien a algunos de ellos (Ehud, Déborah, y Samuel), pero de otros da sólo una mención breve (Ibzan, Elón, Avdón). Todos fueron grandes líderes, pero algunos fueron más grandes que otros. La tradición nos cuenta que el nivel del juez dependía del nivel colectivo del pueblo judío; cada generación tenía el líder que se merecía. Resaltaremos a algunos de los jueces descritos en la Biblia:


Déborah

Uno de los primeros jueces fue una mujer – Déborah (ver Jueces, capítulos 4 y 5). Ella fue famosa por sentarse bajo una palmera donde cualquiera podía buscar su consejo y desde donde emitía las órdenes de batalla.

Barak, el mayor guerrero de esa época, se negaba a ir a la batalla sin ella. Juntos dirigían a las tropas en contra del ejército canaanita que era mucho más grande y que estaba apoyado por 900 carrozas de hierro, mientras que Israel no contaba con ninguna.

El Libro de los Jueces describe una batalla clave contra los canaanitas, quienes eran conducidos por Sisera.

En la víspera de la batalla, Barak dudaba si los guerreros israelíes podrían pelear frente a este oponente tan fuerte, pero Déborah se mantuvo firme. Una tormenta inesperada se desató en el cielo y el aguacero resultante convirtió el terreno en barro; el hierro de los carros quedó atascado y los canaanitas entraron en pánico.

De esa forma, se cumplió la profecía de Déborah, que decía que “éste es el día en que Dios entregará a Sisera en vuestras manos…”.



Sansón

Sansón fue un juez famoso por su fuerza de superhéroe y por conducir la pelea contra el mayor enemigo de Israel: los filisteos (ver Jueces, capítulos 13-16).

Los filisteos fueron un pueblo marinero. Probablemente migraron del área Egea, cerca de Grecia, hace unos 3.200 años. Se asentaron en la costa oriental del Mediterráneo, desde la costa sur de Israel hasta el Líbano. En el área costera sur de Israel establecieron una confederación de cinco ciudades-estado (Gaza, Ashkelon, Ashdod, Gat y Ekron). Durante el período de los jueces ellos estaban en guerra constante contra las tribus de Israel, ya que intentaban constantemente alejarlos de la costa, hacia las regiones montañosas e internas del país.

Las excavaciones muestran que los filisteos – a pesar de que la palabra “filisteo” en español tiene un significado peyorativo – eran culturalmente muy sofisticados. Habían perfeccionado herramientas y armas de hierro, obteniendo una importante ventaja tecnológica sobre sus vecinos.

Samsón, que juzgó a Israel por 20 años, fue uno de los que se enfrentó a los filisteos. Él era un nazir (que es un votoa Dios en el que la persona se abstiene temporalmente de cortarse el pelo y de beber vino). El nivel de consagración de Samsón era inusual, ya que él era nazir desde su nacimiento y continuó en dicho estado durante toda su vida.

Para debilitar a los filisteos, fingió unirse a ellos, tomando deliberadamente a una mujer filistea como esposa. Ella fue asesinada por su propio pueblo, luego de lo cual Samsón se casó con otra mujer filistea – Dalila. Esto resultó ser un error, ya que Samsón se encariñó mucho con ella.




Dalila se dio cuenta de que Samsón era la principal amenaza para su pueblo. Después de muchos intentos fallidos y muchas súplicas, ella finalmente logró que Samsón le revelase el secreto de su fuerza sobrenatural, luego de lo cual le cortó el pelo mientras dormía. Como resultado, los filisteos pudieron capturarlo, cegarlo y encerrarlo en prisión.

Pero ellos olvidaron que el cabello vuelve a crecer. Por lo que cuando volvió a tener el cabello largo, su fuerza sobrenatural regresó.

Los filisteos decidieron ejecutar a Samsaón en una exhibición pública en el templo de Dagán, uno de sus dioses.

Cuando las masas se unieron para ver la ejecución, un ciego Samsón le pidió a un niño esclavo que lo pusiese al lado de una de las columnas que sostenían el templo.

En el clímax de la historia, Samsón oró:

“¡Dios mío! Recuérdame y dame fuerza sólo esta vez, Oh Dios, y yo me vengaré de los filisteos por uno de mis ojos”. Samsón tomó los dos pilares centrales sobre los que se sostenía el edificio y se apoyó en ellos; en uno con su mano derecha y en el otro con la izquierda, y dijo: “¡Deja que mi alma muera con los filisteos!” (Jueces 16:28-30).

Con su fuerza sobrenatural renovada derribó las columnas, con lo que la construcción colapsó, matando a todos los que estaban adentro.

Él murió, y la Biblia dice que mató a más enemigos filisteos en ese momento que en todo el resto de su vida.



Shmuel (Samuel)

La última gran personalidad del período de los jueces fue el profeta Samuel, uno de los profetas más importantes de la historia judía y que también fue conocido por ungir a los dos primeros reyes de Israel – Saúl y David (ver Samuel 1, capítulos 1-16). Samuel escribió el Libro de los Jueces, y junto con los profetas Gad y Natán escribió también el ‘Libro de Samuel’.

En el tiempo en que apareció Samuel, el pueblo judío había pasado cerca de 400 años sin un liderazgo central. Tenían que vivir con un alto nivel de responsabilidad individual, ya que de otra manera Dios les haría saber que se habían desviado por medio de los canaanitas, los filisteos o los midianitas. 

Cuando Samuel era joven, viajaba por la tierra dictando la ley judía y dando consejos al pueblo, pero ahora que había envejecido, ya no lo podía hacer. Mientras tanto sus dos hijos, que habían asumido su rol, probaron no ser queridos por el pueblo.

Entonces fue enviada una delegación para pedirle a Samuel que ungiese a un rey en su lugar:

Y le dijeron (el pueblo a Samuel): "He aquí que tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues. Pon sobre nosotros un rey que nos juzgue, como todas las naciones. Y esta palabra pareció mal frente a los ojos de Samuel… (Samuel 1, 8:5-7).

Samuel no lo quería hacer, pero Dios le dio el visto bueno y encontró un rey para el pueblo.
Y así es como se cerró el período de los Jueces. Samuel actuó como líder por 13 años y en los dos últimos dirigió al pueblo judío junto con el primer rey judío, cuyo nombre era Saúl.




































Resumen (otro punto de vista sobre el libro de Jueces)



2.1. 3º ESO Bloque 2: La Historia de la Salvación

La conquista

Élie Barnavi

Números y Deuteronomio relatan como los hijos de Israel se apoderan de las tierras de Transjordania, donde Rubén, Gad y la mitad de Manasés se instalaron inmediatamente. El libro de Josué, a su vez, ofrece la versión "oficial" de la conquista de la Tierra Prometida y de su colonización. El pueblo de Israel reunido en el margen oriental del Jordán, listos para atravesar el río y conquistar Canaán.
Sucesor de Moisés y jefe de la expedición, Josué, hijo de Nun envía para allí a sus "espías", después, en base al relato favorable de ellos - Le dijeron: "El Señor ha puesto toda la región en nuestras manos. Por causa nuestra, todos los que viven en el país están muertos de miedo" (Josué 2:24) - pone el cerco a Jericó, la ciudad más poderosa de la región. La caída de Jericó  les abre las puertas del país: primero hacia el sur, en dirección a los montes Hebron, después para el norte, donde consiguen derrotar a Jabín, el poderoso rey de Hatsor. La región de Siquém, en el interior de Samaria, no es mencionada; más sin duda ella estaba ya en manos de los Hebreos, dado que será allí que se reunirá, después de terminada la conquista, la asamblea del pueblo de Israel.



Siglos XIII-XII a.C.

La conquista de Canaán es concluida, según el libro de Josué, en una única campaña. Por ejemplo:
Jos 10:40  Así pues, Josué conquistó toda la región. Derrotó a los reyes de las montañas, del Négueb, de los llanos y de las cuestas.  Lo destruyó todo y los mató a todos; no quedó nada, ni dejó vivo a nadie, tal y como el Señor, el Dios de Israel, se lo había ordenado.
Jos 10:41  De una sola vez derrotó a los reyes y conquistó todos sus territorios entre Cadés-barnea y Gaza, y toda la región de Gosen hasta la ciudad de Gabaón, porque el Señor, el Dios de Israel, peleaba en favor de los israelitas.
Jos 10:43  Después Josué volvió al campamento de Guilgal con todos los israelitas.

Continuando con el relato del libro de Josué:
Jue 2:6   Cuando Josué se despidió del pueblo, los hijos de Israel se fueron a tomar posesión cada uno de su heredad.
Jue 2:7  El pueblo había servido a Jehová todo el tiempo que vivió Josué, y también mientras vivieron los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían sido testigos de todas las grandes obras que Jehová había hecho en favor de Israel.
Jue 2:8  Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, a la edad de ciento diez años.
Jue 2:9  Lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera,  en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas.
Jue 2:10  y murió también toda aquella generación, por lo que la generación que se levantó después no conocía a Jehová ni la obra que él había hecho por Israel.
Jue 2:11  Después, los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales.
Jue 2:12  Dejaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, y los adoraron, provocando la ira de Jehová.
Jue 2:13  Dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.
Jue 2:14  Se encendió entonces contra Israel el furor de Jehová, quien los entregó en manos de salteadores que los despojaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor, a los cuales no pudieron ya hacerles frente.
Jue 2:15  Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho y se lo había jurado. Y se vieron en una gran aflicción.
Jue 2:16  Jehová levantó jueces que los libraran de manos de quienes los despojaban;
Jue 2:17  pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron. Se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres, que obedecían a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.
Jue 2:18  Cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de manos de los enemigos mientras vivía aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia al oírlos gemir por causa de quienes los oprimían y afligían.
Jue 2:19  Pero acontecía que, al morir el juez, ellos volvían a corromperse, más aún que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirlos e inclinándose delante de ellos. No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino.
Jue 2:20  Se encendió, pues, la ira de Jehová contra Israel, y dijo: "Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz,
Jue 2:21  tampoco yo volveré más a expulsar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió".
Jue 2:22  Así quería probar a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres.
Jue 2:23  Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin expulsarlas de una vez, y no las entregó en manos de Josué.

En el siglo II a.C. (cerca del 180 a.C.) un poeta - el mayor que vivía en ese tiempo en Palestina, Josué Ben Sira- consagra un himno en memoria de Josué. La época no es diferente, porque se trata de las vísperas de una insurrección asmonea. Josué es clasificado entre los "padres del mundo", héroe del pueblo de Israel:
"Josué hijo de Nun, ese héroe (...)
Que vino al mundo para traer
la salvación a los escogidos del Señor,
vengarse de sus enemigos
y establecer a Israel en su tierra.
Formidable cuando erguía el brazo
y blandía su lanza (...)
Ninguno osaba enfrentarlo
cuando él conducía las guerras del Señor.
A su orden el Sol se detuvo en su marcha (...)
Atormentado por el enemigo
él invocó al Dios supremo,
y el Altísimo le respondió
lanzando fuerte granizo
sobre una nación hostil
(Porque) Dios observa las guerras de Israel."

Texto tomado de: Historia Universal del pueblo judío, páginas 8 y 9.


Investiga si lo que describe el poeta tiene base bíblica. Si es así, escribe al lado de los versos de la poesía, los versículos correspondientes.

Resumen