Antonio, Cleopatra y Herodes
El matrimonio de Antonio y Cleopatra fue un golpe para Herodes, quien sabía que Cleopatra deseaba reconstruir el imperio de sus antepasados, y que ese imperio incluía Judea. Reforzó Masada y construyó palacios en la roca, que sirvieran de refugio para él y su familia en caso de invasión egipcia. Se excavaron grandes cisternas en la roca para recoger la lluvia y poder acumular agua.
Antonio le quitó a Herodes el fértil oasis de Jericó, con su rica cosecha de dátiles y bálsamo y se la dio a la reina, la cual agravó el insulto ofreciéndoselo a Herodes en alquiler. Cleopatra recibió también otras pequeñas secciones de las tierras de Herodes, pero éste consiguió retener la mayor parte de su reino.
Desde el primer momento de su reinado los problemas domésticos atormentaban a Herodes. Muerto Antígono era necesario nombrar un nuevo Sumo Sacerdote. En tiempos de los hasmoneos, el rey ostentaba también ese cargo, pero el origen de Herodes lo hacía imposible. El hombre escogido para ocupar el cargo fue Hananel, sacerdote de los judíos de Babilonia. Pero esto enfureció a los hasmoneos de la familia de Herodes. Miriam apoyó la destitución de Hananel y el nombramiento de su hermano Aristóbulo, de 17 años como Sumo Sacerdote.
Aristóbulo ofició la primera vez como Sumo Sacerdote en la fiesta del Tabernáculo del año 35 a.C. , la multitud comenzó a murmurar y Herodes decidió actuar propiciando el asesinato de Aristóbulo. Herodes se mostró muy afligido por el "accidente" y preparó un lujoso funeral, pero su suegra, Alejandra sospechó la verdad y escribió a Cleopatra. Marco Antonio hizo llamar a Herodes, quien se presentó amedrentado, cargado de excusas y dinero.
Al declinar el poder de Antonio, los árabes nabateos se negaron a pagar tributo y se ordenó a Herodes que usase sus tropas para recaudarlo. Fueron malos tiempos para Herodes. La campaña contra los nabateos distó mucho de ser gloriosa. En su ausencia, Judea fue desbastada por un terremoto (año 31 a.C.) en el que murieron miles de personas y se destruyeron numerosas propiedades y rebaños. El monasterio esenio de Qumran quedó muy dañado y permaneció abandonado por algún tiempo.
Alejandra quería vengarse de Herodes por la muerte de su hijo. Por ello, instó a su padre (Hircano) a reclamar el trono. Ante esta amenaza Herodes acusó de traición al ex-rey y lo hizo ejecutar. Envió a Miriam y sus hijos a Masada, con la orden de que la ejecutaran en caso de que algo le sucediera a él. Herodes embarcó a Rodas a ver a Octaviano. Antes de la entrevista Herodes se quitó su corona, pero no se excusó de haber apoyado a Antonio. Octaviano quedó impresionado por su franqueza y le devolvió su corona. Herodes había sobrevivido una vez más.
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