1º ESO

jueves, 25 de enero de 2018

La sinagoga

Siglo III a.C./ Siglo VI d.C.


En su libro Historia Universal de los judíos (1992; páginas 59-59), el profesor Élie Barnavi, explica:

"El Templo (beit ha-mikdash) era un lugar único, el centro y el símbolo del pueblo judío unido en torno a su capital; la sinagoga (beit ha-knesset) representa la institución de un judaísmo plural y descentralizado, que aprende a sobrevivir sin soberanía política. A pesar de una o dos tentativas efímeras (como Elefantina, en el Alto Egipto), el Templo no tenía sentido sin Jerusalén; las sinagogas están presentes por todos los lugares donde vive una comunidad judía. El Templo debe ser un edificio imponente, servido por la clase sacerdotal y organizado en torno a los sacrificios; la sinagoga se contenta con cualquier ubicación, sólo se distingue, en definitiva, por la presencia de un rollo de la Torá, sólo se reconoce como fuente de autoridad el dominio del texto sagrado, y se ignoran los sacrificios. La sinagoga no es un pequeño templo: es otra forma, extraordinariamente flexible, de organización religiosa, social y cultural del pueblo de Israel.

Sus orígenes permanecen oscuros. En el Templo del Talmud, su estatuto está tan bien fijados, que los maestros babilónicos (amoraim) se remontan al exilio siguiente a la caída del primer Templo (586 a.C.). Naturalmente, ellos reaccionan de acuerdo a lo que tenían delante de sus ojos -una institución que funciona principalmente como casa de oración. Los maestros del Talmud suponen que las sinagogas fueron fundadas en Babilonia, después en Eretz-Israel, debían llenar el vacío dejado por la desaparición del Templo construido por Salomón. 

Ahora la sinagoga solo desempeña ese papel después de la destrucción del segundo Templo (70 d.C.). Tal como la describen la mayor parte de nuestras fuentes (Filón de Alejandría, Flavio Josefo, el Nuevo Testamento...), ella sirve principalmente, de centro comunitario para usos múltiples - al mismo tiempo centro de estudio y de lectura pública de la Torá, gabinete administrativo, sede del tribunal local, punto de encuentro de noticias, lugar de recogida de fondos en beneficio de los pobres, etc. 

Y es muy posible que la sinagoga no cumpliera exactamente las mismas funciones en la Diáspora y en Palestina. Las comunidades del espacio greco-romano, especialmente en Egipto, la llamaban proseukhé "lugar de oración", mientras que en Eretz-Israel es llamada sinagoga "lugar de reunión".




Las excavaciones establecen sin dudas, la anterioridad de las sinagogas de la Diáspora. En Egipto, por ejemplo, existe establecimientos desde el siglo III a.C., o sea, más de tres siglos antes de las primeras sinagogas palestinas, todas fundadas por después de la caída del segundo Templo: Masada y Herodion en Judea, Gambla en el Golán, etc. 

Seguramente en el siglo I de nuestra era, esa institución ya constituía por todas partes, un trazo distintivo de las comunidades judías. Así lo narran los viajes de Pablo: la mayor parte de las veces, el apóstol encuentra a su auditorio, "judíos y gentiles temerosos de Dios", en la sinagoga local.



Es a partir de la caída del segundo Templo, que la sinagoga cambia de manera significativa su actividad: sigue siendo un lugar para distintas funciones, se vuelve un lugar de oración pública, desde entonces, la principal manifestación de actividad comunitaria. En la época del Talmud, cualquier comunidad con varias centenas de familias poseían su sinagoga; ¿no la cuenta un texto talmúdico entre los establecimientos que deben existir obligatoriamente en una ciudad para que el Sabio de la Torá pueda permanecer ahí?



Por eso ella atrae la ira de los "Padres de la Iglesia". Al fin del siglo IV y principios del V, la legislación romana multiplica los textos que prohíben la construcción de nuevas sinagogas, que prescribiendo la demolición de una casa existente, donde los riesgos de disturbios no son demasiado graves, se procede a la confiscación en beneficio de la Iglesia católica o del Tesoro imperial. Es cierto que otras protegen el derecho de los judías de disponer de sus lugares de culto, pero ellas revelan tanto la violencia de las masas, como la voluntad recurrente del ejército de alojar en ellas, en prejuicio del derecho, militares y funcionarios.


                         Sinagoga de Bar´am. Alta Galilea. Siglo III.             Mosaico "bizantino" de la sinagoga de                                                                                    Beit She´an, siglo VI.

Curiosamente, al mismo tiempo, la arquitectura de las sinagogas palestinas goza de buena salud. Es poco frecuente encontrar grabada en la piedra la fecha precisa de la construcción de las sinagogas; pero hoy se sabe que ellas remontan en su mayoría al periodo comprendido entre los siglos IV y VII. Se distinguen tres tipos principales. Uno se presenta como un edificio suntuoso, algunas veces de dos plantas, con paredes altas, hechas de grandes piedras habilmente talladas y una fachada imponente que se podía ver desde lejos. El ejemplo más célebre sigue siendo la sinagoga de Kfar Nakhoum (Capernaum), al norte de Tiberias, pero también se han encontrado otras en Galilea (Bar´am, Meiron, etc.). Orientados hacia Jerusalén, los edificios de este género no parecen tener dispuesto una Arca de la Alianza fija, lo que corresponde perfectamente a lo que se sabe por las fuentes literarias de la época: los rollos se encontraban en una sala lateral, de donde eran traídos a la sala central en el momento de la lectura pública de la Torá.


Sinagoga de Beit Alfa. Mosaico del siglo VI.

El otro modelo es la "basílica", muy semejante a las iglesias de Oriente: una estructura alargada, con columnas que dividen el espacio en una sala rectangular y dos naves laterales. La pared orientada hacia Jerusalén, dispuesta en ábside, ya contenía probablemente, un Arca fija. La puerta de acceso a la sinagoga se ubicaba en el frente. El hecho de estar orientada hacia Jerusalén debe haber influido en la adopción de esa arquitectura, que marcaba la orientación; donde la tendencia para considerar el edificio "monumental", como el más antiguo de los dos (siglo III y IV), porque las construcciones que presentan características comunes son consideradas del tercer tipo, llamado "de transición". Una tipología demasiado cronológica tal vez, en parte abandonada por la arqueología moderna en beneficio de un abordaje más preocupado en las diferencias regionales."   


El testimonio de la arqueología





Mosaico de la sinagoga en Ein Ghedi (detalle). Desierto de Judea, siglo VI.


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