El mensaje de la Biblia y las culturas del mundo
¿Has oído decir que la Biblia es como una carta de Dios para nosotros?
¿Estás de acuerdo con esa afirmación?
Si es así, ¿qué tipo de dificultades crees que podemos encontrar hoy, al leer textos escritos hace 2000 o 3300 años?
Apunta tus respuestas.
Ahora vamos a comparar tus respuestas con la historia real que narra este documental:
¿Qué es lo que más te ha sorprendido? ¿Por qué?
¿Te has encontrado frente a pasajes de la Biblia que no has podido comprender?
Apunta los motivos que pueden complicar nuestra comprensión de la Biblia.
La interpretación bíblica
En este bloque reflexionaremos acerca de la importancia del estudio riguroso y objetivo del texto bíblico, la utilización de las normas básicas de interpretación bíblica comprendiendo la importancia de la exégesis, los principios de hermenéutica y estudio formal del texto bíblico.
Un poco de historia
En el libro "Gramáticos hebreos de al-Andaluz (Siglos X-XII) Filología y Biblia (1988), de los autores Ángel Sáenz-Badillos y Judit Targaroba Borrás, leemos:
"Sorprende encontrar en la historia de la cultura hebrea de al-Andaluz una continua controversia sobre temas filológicos. Un debate acalorado, lleno de vida, que no vacila en llegar al insulto y a la descalificación total del adversario. Una polémica realmente apasionada. Apenas llegamos a entender que el sentido de una palabra hebrea o la discusión sobre determinada letra pudiera suscitar tales reacciones. Sin embargo, para los judíos andalusíes era mucho lo que estaba en juego. No se trataba de una simple discusión teórica, de una disputa para saber quién tenía la razón, sino de algo que repercutía hondamente en su propia vida.
Se discutía acaloradamente porque de las cuestiones en litigio dependía el sentido mismo de la Escritura. La Biblia estaba redactada en hebreo, la "legua santa", la lengua en la que Dios había hablado a los hombres; para alcanzar el significado de sus palabras había que dominar a fondo la lengua en la que estaban escritas. De ellos dependía el modo de comprender a Dios y su relación con los hombres. Y, al mismo tiempo, incidía en la conducta que debía observar el pueblo judío de acuerdo con los preceptos bíblicos. Para el judaísmo, que insiste más en el aspecto práctico, jurídico-religioso, que en el puramente dogmático, se trata de una cuestión trascendental.
(...) Los caraítas, secta disidente de la línea tradicional del judaísmo, prescinden de la Torah transmitida en forma oral, de la interpretación que los rabinos hacen de la Escritura, y reconocen solamente la Torah escrita; de ahí su cuidado insistente en el texto bíblico y por comprender su exacto significado. Desde el siglo VIII al menos se conocen ya escritos caraítas de Oriente que se ocupan de cuestiones gramaticales. (...) David ben Abraham al-Fasi, es a quien se debe un importante diccionario en árabe sobre el hebreo bíblico, de la primera mitad del siglo X.
(...) Los masoretas de Palestina y Babilonia han tomado sobre sí la responsabilidad de conservar y transmitir el texto de la Biblia con la mayor fidelidad, de vocalizarlo, dividirlo y puntuarlo, ofreciendo una interpretación del mismo en la línea de la interpretación rabínica.
(...) Hace siglos que el hebreo ha dejado de emplearse como lengua del pueblo; no sólo el utilizado en la Biblia, que prácticamente cesa de ser lengua viva desde el destierro en Babilonia, hacia el siglo VI a.C., sino también esa forma de hebreo más coloquial que hoy llamamos rabínico, y que deja también de hablarse a fines del siglo II d.C. Salvo raras excepciones, el hebreo queda reducido durante siglos al uso sinagogal y a determinados empleos literarios. Sin embargo, a comienzos del siglo X se produce un renacimiento del interés por la lengua hebrea, que se desarrolla durante ese siglo y el siguiente en una doble dirección: los estudios lingüísticos de un lado, y un empleo creciente de la lengua hebrea por otro. (...) los judíos toman conciencia paulatina del valor de su propia cultura y en concreto con su propia lengua, desde comienzos del siglo X.
(...) Resulta allí decisiva la figura del ga´on Se' adyah, nacido en Egipto, y cabeza indiscutible del judaísmo de Babilonia durante la primera mitad del siglo X. Es autor del primer diccionario hebreo con significados en árabe, el `Egron, destinado a facilitar el uso correcto de la lengua (...) y de un importante estudio gramatical en árabe Kutub al-luga, en el que se abordan por primera vez cuestiones morfológicas y sintácticas del hebreo.
(...) A mediados del siglo X, la misma preocupación e interés llegará también a al-Andalus.
Los judíos de la Córdoba califal, con Hasday ben Saprut a la cabeza, se interesan apasionadamente por el conocimiento de su lengua. (...) Y así comienza a mediados del siglo X una etapa enormemente fructífera de trabajos filológicos de primera importancia, redactados en su mayor parte en la capital del Califato, y en lengua hebrea.
(...)
Moseh ibn 'Ezra', el poeta y crítico literario granadino, redacta... un importante tratado de poética... en el que refleja la situación de penuria en la que había llegado a encontrarse la lengua hebrea:"Debido a la prolongación del exilio y a su duración, llegó casi a desaparecer la lengua hebrea... No ha quedado, pues, de la lengua hebrea sino un resto de veinticuatro libros escritos que no incluyen más que lo indispensable de la lengua..." (Kitab 28a9.
Sin embargo, la comunidad judía andalusí -única descendiente de los deportados de Jerusalén-, tras haber pasado del dominio visigodo ... recibió de Dios la revelación de los secretos de la lengua hebrea; para este autor del siglo XI la gramática de la lengua santa no es sólo fruto de la investigación humana, puesto que su profundo conocimiento depende de la recta comprensión de la palabra revelada de Dios. Es algo tan grande que sólo puede ser producto de a inspiración divina...
Cuando los árabes conquistaron la Península de al-Andalus... nuestra diáspora, que se encontraba allí, llegó a comprender, después de cierto tiempo, cuáles eran sus fines y aprendió con fatiga su lengua, dominó su idioma, profundizó en las sutilezas de sus intenciones, se familiarizó con el fundamento de sus flexiones y percibió la dulzura de sus poesías, hasta que Dios le reveló algunos de sus secretos de la lengua hebrea y su gramática..." (Kitab 29ab).
... resulta especialmente característica la actitud de Moseh ibn 'Ezra':
"Todo lo que encuentres en ella (en la Biblia), utilízalo, pero no apliques la analogía a lo que no encuentres. Por donde camine la lengua, camina, y por donde se detenga, detente, siendo un imitador, no un creador, un seguidor, no un inventor..." (Kitab 107b s.).
...en el siglo X...Menahem ben Saruq decidió escribir su obra filológica en hebreo, superando todas las dificultades que eso implicaba y creando toda una nueva terminología para expresar adecuadamente las categorías filológicas en la lengua de la Biblia. (...) Es tras los comienzos imprecisos del siglo X la etapa más productiva y creadora de la filología hebrea en al-Andaluz. Durante ese siglo se desarrolla la gramática desde una base científica sólida y se escriben los mejores diccionarios de la lengua hebrea.
(...) Al llegar al siglo XII, la etapa realmente creadora de la filología hebrea toca su fin. El declive de las comunidades andalusíes al llegar los almohades tiene que ver, sin duda con el final de ese período de esplendor, lo mismo que en otros muchos campos de la cultura judía.
(...) En poco más de siglo y medio, el progreso de la gramática y la lexicografía hebrea en al-Andalus ha sido realmente llamativo. Sus logros pueden considerarse casi definitivos. Al término de esta época, el dominio de la lengua hebrea entre los judíos andalusíes alcanza un alto nivel. Y con él, sin duda, han llegado a ese mejor conocimiento y comprensión del texto bíblico, que ha sido desde un principio uno de los principales objetivos del trabajo de los lingüistas.
(...)
Para Menahem ben Saruq lo que pretende en el Mahberet es:
"Presentar con claridad la lengua hebrea de acuerdo con el contenido de sus fundamentos y la esencia de sus raíces, aplicando la plomada de la razón y el cordel de medir de la instrucción para explicar los sentidos de sus especies según leyes regulares, exponer las clases de significados de acuerdo con sus divisiones, mostrar las acepciones de la palabra según su significación, enseñar las letras que forman parte de la raíz y las que tienen función servil en medio de la palabra y en sus dos extremos, hasta llegar a abarcar plenamente la lengua hebrea y hacerla inteligible en toda su extensión" [MM 1*].
(...)
Para él es una cuestión de principio: la lengua de la Biblia se basta para explicarse por sí misma, sin ayuda de otras lenguas, y es a ella a quien dedicará su diccionario.
(...)
El pensamiento de Menahem no avanza en forma rectilínea, sino que los temas se van entremezclando. Incluye notables precisiones sobre la pronunciación de las consonantes, la regulada por los masoretas tiberienses, y reflejando un sistema tal vez peculiarmente sefardí, inspirado seguramente en otras tradiciones palestinenses.
(...)
Sin embargo, la preocupación máxima de Manahem es lexicográfica, y no está directamente interesado en la fonética, ni en ofrecer una exposición gramatical completa de las vocales, sino únicamente en señalar la importancia que tienen para el correcto entendimiento de las palabras, y, en último término, del texto bíblico, o para distinguir diversos tipos de vocablos homófonos o de grafía muy similar; de estos últimos se ofrecen al final de la Introducción varias listas de las que la vocalización permite diferenciar los diversos significados.
Al comienzo de las primeras letras del diccionario, y en algunas raíces de la primera mitad del mismo, Menahem ben Saruq ha añadido algunos excursos, generalmente de carácter gramatical, y a veces también exegético.
(...)
El Mahberet serviría de base y modelo a lexicógrafos como Solomoh ibn Parhon y Menahem ben Selomoh, así como a Natan ben Yehi'el y al germano Simson (siglo XIII). Yosef Caro y la mayor parte de los exegetas de origen hispano que vivieron después de la expulsión de 1492 utilizarán también el Mahberet en sus comentarios bíblicos. Algunas de las opiniones del diccionario en puntos especialmente delicados o cuestionables han resistido el paso del tiempo hasta nuestros días, y pueden encontrarse, sin referencia de origen, en los modernos diccionarios y traducciones bíblicas.
Mahberet digitalizado
Dunas ben Labrat
(...) responde a Menahem ben Saruq (...) se trataba de dos personajes de gran talla, y el debate sirvió para impulsar de manera decisiva el estudio de la filología hebrea en el al-Andalus. Es posible que sin ese apasionamiento, la evolución y el progreso de la lingüística hebrea no hubieran sido tan rápidos. Durante siglos, los gramáticos judíos, lo mismo que los autores de comentarios bíblicos, se decantarían en favor de una u otra opinión, desbordando así con mucho los límites cronológicos del siglo X. En no pocos aspectos, y aunque ya nadie lo recuerde, la polémica no se ha cerrado, y tanto los diccionarios como las traducciones de nuestros días se deciden en no pocas ocasiones por la opinión de uno de estos dos filólogos de la Córdoba califal.
(...)
Como lingüista, Dunas tiene unos presupuestos muy diferentes a los de su rival. En primer lugar, para él la lengua tiene muy poco en común con un ser vivo... Se limita a buscar la objetividad más absoluta, sujeta, eso sí, a una plena regularidad. Y exige del filólogo, un elevado nivel de conocimientos que no se dan en el autor del Diccionario.
(...)
Dunas, por el contrario, como buen discípulo de Se'adyah, adoptaría desde el principio el comparatismo e insistiría en el mismo, tanto teórica como prácticamente. De acuerdo con sus principios, es lícito recurrir al hebreo misnaico, al arameo y especialmente al árabe para iluminar los términos más difíciles e inusuales que aparecen en la Biblia. Por lo general, su intuición lingüística le permite acertar en casi todas las ocasiones. No es raro tampoco que busque un apoyo para sus interpretaciones en los Targumin, que confirmarán el significado al que él llega por otros procedimientos.
(...)
No es extraño que la enumeración que presenta Dunas comience por lo que él considera el fundamento de todo el edificio de la lengua: el temor de Dios. También la primera de sus réplicas tratará un tema relacionado con el concepto que tenemos de Dios: el Señor no desea ni quiere el mal del hombre; los hombres son los que tienen la capacidad de elegir el mal y el bien y son plenamente responsables de su elección [TD 18*, 23 ss.]. Eso nos recuerda hasta qué punto la filología tiene en este momento para un judío creyente una profunda repercusión teológica. Todavía no se ha planteado con toda su rudeza el problema de la armonía entre la fe y la razón, tal y cómo se formulará en los siglos siguientes, especialmente desde la Guía de los perplejos, de Maimónides. Pero para Dunas está claro que cualquier interpretación de la Escritura, cualquier explicación gramatical, sólo puede ser válida si no está en contradicción con el concepto de Dios ya consagrado en la tradición judía.
(...) elementos masotéricos se entremezclan con los puramente gramaticales, para concluir destacando el papel que deben desempeñar en la interpretación de las Escrituras las "13 middot" o reglas tradicionales de la hermenéutica judía.
Las trece middot
(...)
Como lingüista, Dunas tiene unos presupuestos muy diferentes a los de su rival. En primer lugar, para él la lengua tiene muy poco en común con un ser vivo... Se limita a buscar la objetividad más absoluta, sujeta, eso sí, a una plena regularidad. Y exige del filólogo, un elevado nivel de conocimientos que no se dan en el autor del Diccionario.
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Dunas, por el contrario, como buen discípulo de Se'adyah, adoptaría desde el principio el comparatismo e insistiría en el mismo, tanto teórica como prácticamente. De acuerdo con sus principios, es lícito recurrir al hebreo misnaico, al arameo y especialmente al árabe para iluminar los términos más difíciles e inusuales que aparecen en la Biblia. Por lo general, su intuición lingüística le permite acertar en casi todas las ocasiones. No es raro tampoco que busque un apoyo para sus interpretaciones en los Targumin, que confirmarán el significado al que él llega por otros procedimientos.
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No es extraño que la enumeración que presenta Dunas comience por lo que él considera el fundamento de todo el edificio de la lengua: el temor de Dios. También la primera de sus réplicas tratará un tema relacionado con el concepto que tenemos de Dios: el Señor no desea ni quiere el mal del hombre; los hombres son los que tienen la capacidad de elegir el mal y el bien y son plenamente responsables de su elección [TD 18*, 23 ss.]. Eso nos recuerda hasta qué punto la filología tiene en este momento para un judío creyente una profunda repercusión teológica. Todavía no se ha planteado con toda su rudeza el problema de la armonía entre la fe y la razón, tal y cómo se formulará en los siglos siguientes, especialmente desde la Guía de los perplejos, de Maimónides. Pero para Dunas está claro que cualquier interpretación de la Escritura, cualquier explicación gramatical, sólo puede ser válida si no está en contradicción con el concepto de Dios ya consagrado en la tradición judía.
(...) elementos masotéricos se entremezclan con los puramente gramaticales, para concluir destacando el papel que deben desempeñar en la interpretación de las Escrituras las "13 middot" o reglas tradicionales de la hermenéutica judía.
Las trece middot